No creo que sea completamente inútil para contribuir a la solución de los problemas políticos distanciarse de ellos algunos momentos, situándolos en una perspectiva histórica. En esta virtual lejanía parecen los hechos esclarecerse por sí mismos y adoptar espontáneamente la postura en que mejor se revela su profunda realidad.
JOSÉ ORTEGA Y GASSET

lunes, 9 de abril de 2012

Allí donde ETA asesinó de Willy Uribe, y la búsqueda de la libertad cotidiana en Euskadi.

Willy Uribe, excelente novelista, en este Allí donde ETA asesinó (Ed. Los libros del lince) también explota sus dotes como fotógrafo. Y el resultado, créanme, es un verdadero documento histórico, un homenaje a las víctimas de ETA que merece ser leído y observado con especial atención.
A finales de 2009 el periódico digital Factual le propuso al autor fotografiar los escenarios de todos los asesinatos de ETA el día de su aniversario a la misma hora en la que fueron cometidos. Desavenencias con el medio hicieron que Uribe continuara por su cuenta el trabajo añadiendo texto a cada imagen:
“Cuando se trabaja en soledad, con la muerte y la ausencia como materia prima, la mente no descansa un segundo. He imaginado las vidas de los asesinados e incluso he llegado a esbozar diálogos con ellos, con esas vidas que fueron apagadas para siempre y sin razón alguna. La violencia de ETA solo obedece a la ignorancia y al fanatismo. Como todas las dictaduras y juntas militares de macabro recuerdo, lo que ETA pretende es usurpar y acallar con el terror la palabra de las personas a las que dice defender. Su discurso siempre ha sido basura totalitaria, desde sus orígenes hasta hoy.”
En más o menos un centenar de imágenes, y como si fuera una margarita mortal y estremecedora, vamos deshojando diferentes escenarios a través de fotografías en blanco y negro de gran expresión, como la del bar Edaska de Baracaldo, aquel que sustituyera al cerrado hará tres décadas y que de nombre Lonkola viera como su dueño Jesús García era asesinado el 5 de enero de 1980. Preguntando el autor en un bar vecino al camarero si recordaba el crimen: “El camarero ni afirma ni niega, pero su mirada y su gesto, hacia atrás en el tiempo, me dicen que sí, que lo recuerda.”
Una vivienda a pie de calle en Etxarri-Aranatz (Navarra) tiene la fachada repleta de manos blancas pintadas. En su día fue la funeraria de Jesús Ulayar. Sobre ellas una enorme pintada reza: Españar konkistatzaileak kampora!! De nuevo Uribe pide información en una tienda próxima:
“-¿Hace mucho que se cerró el negocio?
 -Bastante. La familia se mudó a Pamplona. La dependienta hace una pausa. Cosas políticas, añade.” Como dice el novelista para describir la pintada: “Hace treinta y dos años del asesinato de Jesús Ulayar. La pintada no es vieja. Un odio grande para un pueblo pequeño.”
El 19 de febrero de 1992, Eutimio Gómez Gómez, Julia Ríos Rioz y Antonio Ricondo Somoza morían a manos de ETA en Santander. La fotografía que da vida a esta historia de muerte es un monolito en memoria de los asesinados. Mejor lo explica el fotógrafo: “Tras casi un centenar de escenarios fotografiados es la segunda vez que encuentro un recuerdo a las víctimas. El primero fue el de Ignacio Uria, en Azpeitia. Este último en Santander. Resulta sencillo extraer conclusiones.”
En Getxo unos soportales oscuros detrás de una transeúnte. Se trata del lugar donde mataron a José María Lidón el 7 de noviembre de 2001. Uribe lleva ocho meses sin fotografiar escenarios de los crímenes etarras y las noticias del inminente abandono de la violencia por parte de ETA no cesan: “El sentido de la decepción me dice que no debo creer nada. La decepción me lastra con declaraciones, manifiestos, proclamas… estrategias. La decepción me lleva a la impermeabilidad ante cualquier declaración de ETA y su cadena política. No dejan las armas ahora, ya, en este mismo momento. En un bosque caduco, un montón de bombas lapa no están saliendo del agujero para desactivarse en la chatarrería. No sucede. No ocurre. Eso es todo lo que cuenta.”
En el prólogo que el Lehendakari Patxi López hace a este libro afirma:
“La concordia no puede construirse a costa del olvido de las víctimas y del dolor. Por eso necesitamos que nos señalen los lugares del drama. No para alimentar el odio, sino para plantar en ellos semillas de esperanza que alimenten la convivencia futura.”

En fin, este Allí donde ETA asesinó es un libro que como dije al comenzar esta reseña además de leerlo y verlo merece ser reivindicado como ejercicio de protesta ante la locura totalitaria de ETA y sus satélites, y también como homenaje a las vidas truncadas y perdidas en esta pesadilla que parece acabada aunque solo el tiempo podrá decir si Euskadi, ese pueblo con tantos motivos de orgullo pero este de vergüenza, ha podido tomar la senda de la convivencia pacífica y democrática.
Y al trabajo admirable de Willy Uribe se suma el reconocimiento a editoriales como Los libros del lince, siempre dispuestos a editar desde el compromiso dejando en segundo lugar la rentabilidad.

2 comentarios:

  1. ANABEL SUSO ARAICO COMENTA:

    Gracias por tu interesante reseña, Polemista.

    La verdad es que sin haber leído el libro, he de confesar que me ha suscitado varias sensaciones, algo encontradas.

    De un lado, dentro de la esperanzada actual situación, en que prima la confianza y el deseo de que de verdad todo se haya acabado, escuece un poco hurgar en pasadas heridas y digamos que revolver tanto dolor y sufrimiento.

    De otro lado, me gusta la cita de Patxi López, y creo efectivamente que hay cosas que no se pueden dejar olvidar, pasar, como si nada hubiera ocurrido, más cuando se trata de muertes, de asesinatos.

    Me gusta, me conmueve ese homenaje a estas presonas desde la fotografía, desde la historia de sus vidas paralizada en una imagen, de vidas amputadas repentinamente. Me recuerda una película que me sobrecogió hace muchos años, "Asesinato en febrero", la película que relataba desde el lado de los asesinos cómo planeaban el asesinato de Fernando Buesa, que luego dejaba ver a la persona a la que se quitaba la vida, a quienes le rodeaban y le perdían... No pude parar de llorar acongojada de rabia durante un buen rato.

    En fin, sensaciones y emociones desordenadas a raíz de la lectura de esta estupenda reseña de ese inquietante libro. Gracias

    (Una vasca que lleva muchos años por Madrid)

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  2. TAMBIÉN EN EL POLEMISTA:
    Para entender la cultura vasca de Bruno Camus Bergareche, y, conocer para comprender: http://elpolemista.blogspot.com.es/2012/06/para-entender-la-cultura-vasca-de-bruno.html

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